Casi dos años después del anuncio oficial por parte de Audi de su entrada en la Fórmula 1, las sonrisas de aquel día son un recuerdo lejano.
Su equipo, que sigue compitiendo bajo la bandera de Sauber, ocupa actualmente el último lugar en el campeonato de constructores, sin un solo punto a su nombre en lo que va de temporada.
De hecho, no ha terminado entre los diez primeros desde el Gran Premio de Qatar de 2023 y tampoco parece haber muchas esperanzas de que sea capaz de conseguirlo a buen ritmo en un futuro próximo.
Pero quizás peor que la falta de resultados claros son los progresos mínimos que se han hecho desde su anuncio en Spa en 2022 mientras Audi se prepara para su debut en la F1. Puede que los esfuerzos en sus instalaciones alemanas de motores vayan viento en popa, pero lo que se está entregando en pista ahora mismo no está a su altura.
A pesar del enorme poder financiero de los nuevos propietarios, la operación de Hinwil parece haber perdido impulso, y eso ha sembrado dudas sobre lo que se puede esperar de la propia Audi en 2026.
A estas alturas de la temporada, el equipo habría esperado tener a su objetivo número uno, Carlos Sainz, atado a un contrato que ligara su futuro al fabricante alemán.
En cambio, el hecho de que Sainz no estuviera convencido con lo que se le ofrecía, y prefiriera sopesar opciones en Williams y Alpine, contó su propia historia sobre por qué Audi no era el llamado jugador que quería ser en el mercado de pilotos.
Esa falta de convicción para atraer al piloto adecuado se vio reflejada también en el personal, ya que parecía que el staff de calidad ha sido reacio a unirse a un proyecto en el que tampoco creían.
Cuando Audi hizo oficial su ingreso en la F1 para 2026 con una presentación en Spa en 2022.
Photo by: Mark Sutton / Motorsport Images
Impacto de la adquisición
La adquisición de Sauber por parte de Audi nunca iba a tener un impacto inmediato, sobre todo teniendo en cuenta que su entrada oficial no se producirá hasta 2026.
Pero lo que quizás tomó por sorpresa a la marca y al anterior CEO del equipo, Andrea Seidl, fue cómo la fase de transición de la adquisición sirvió para frustrar sus ambiciones.
Con el antiguo propietario Finn Rausing todavía involucrado, y su apoyo necesario para la financiación de grandes inversiones, las manos del equipo y de Seidl estaban prácticamente atadas, ya que no había ningún incentivo para que Rausing gastara dinero en mejorar algo de lo que ya no se iba a beneficiar.
La situación era similar a la de alguien que ha vendido su coche y luego se le pide que compre neumáticos nuevos.
Al darse cuenta de la dificultad de su situación y de que la falta de inversión en infraestructuras iba a tener consecuencias a largo plazo si no se solucionaba rápidamente, Audi aceleró la adquisición a principios de año.
La participación del 100% abrió la puerta a las mejoras en Hinwil y a las primeras contrataciones, como la de Stefan Straehnz, procedente de Mercedes, que se convertirá en el nuevo director del programa.
Otras incorporaciones han sido las del ex ingeniero de Red Bull y McLaren Stefano Sordo y el ex jefe de mecánicos de Red Bull Lee Stevenson.
Oliver Hoffmann, representante general de Audi AG en la Fórmula 1, Andreas Seidl, director general del equipo Audi F1, y Nicola Buck, vicepresidenta senior de marketing de BP.
Foto de: Audi
Pero aunque se habían eliminado las restricciones a la inversión, la continua falta de competitividad del equipo en la pista se convirtió en una preocupación creciente para Audi.
Y aunque Seidl se centraba deliberadamente en los planes para 2026, por lo que el rendimiento en pista ahora era irrelevante, cada vez era más evidente que el actual bajón de forma tendría consecuencias a largo plazo.
El atractivo para cualquiera de los pilotos o el personal que Audi estaba persiguiendo para formar parte de un gran equipo oficial se estaba viendo empañado por la perspectiva de estar en la parte trasera de la parrilla para 2025, y sin garantía de un rendimiento transformador el año siguiente.
Así que, mientras algunos creían que Sauber ahora y Audi en el futuro podrían ser tratadas como dos épocas separadas que tenían una clara transición en 2026, sus destinos se estaban entrelazando rápidamente.
También se ha sugerido que las cosas no se vieron favorecidas en las últimas semanas por una lucha de poder entre Seidl y el recién llegado Oliver Hoffmann.
Hoffmann, procedente de Audi y trasladado al proyecto de F1, echaba la culpa a Seidl por la falta de desarrollo reciente.
Desde la perspectiva de Seidl, que había tenido vía libre para seguir adelante con el proyecto desde su contratación a finales de 2022, la llegada de Hoffmann sólo sirvió para añadir una complejidad y una política innecesarias a la situación.
Las cosas parecían muy complejas. Pero, sea lo que sea lo que realmente estaba pasando a puerta cerrada, el resultado final es que la alta dirección de Audi se cansó de ello – y sintió que las disputas tenían que parar.
Y su respuesta fue probablemente una sorpresa para ambos, porque no tomó partido en el asunto. En su lugar, se deshizo de Seidl y Hoffmann y puso al frente de la escudería al ex director de Ferrari Mattia Binotto.
El compromiso de Oliver Hoffmann AUDI AG con la Fórmula 1 como representante jefe y Lee Stevenson, jefe de mecánicos, Stake F1 Team Kick Sauber.
Foto de: Andy Hone / Motorsport Images
Una línea en la arena
La escala del cambio en el nombramiento de Binotto es significativa, pero totalmente lógica.
Binotto, que dejó Ferrari a finales de 2022, había estado hablando con varios equipos sobre las oportunidades de regresar al paddock de F1, pero el proyecto de Audi es el que tiene más sentido para él y sus nuevos jefes.
La estructura de Audi es similar a la de Ferrari en muchos aspectos: un equipo oficial de un gran fabricante de automóviles que produce su propio chasis y su propia unidad de potencia.
Binotto, que también fue director técnico de motor y chasis en Ferrari, tiene una amplia experiencia en lo que se necesita para triunfar en la F1 y en cómo sacar el máximo partido del personal y las instalaciones.
Lo que la nueva estructura también significa, y esto es algo que Audi destacó en su comunicado de prensa, es que tiene a alguien a bordo que se centra por completo en sus mejores intereses.
Ya no existe la situación de la dirección haciendo malabarismos para resolver los conflictos entre Sauber y Audi, o lo que ocurre ahora frente a lo que ocurrirá dentro de dos años.
Seidl, que llegó a principios de 2023, tuvo que equilibrar permanentemente las demandas de la operación actual de Sauber frente a las ambiciones a más largo plazo.
Pero a medida que los problemas actuales en la pista comenzaron a afectar a esas esperanzas futuras, quedó claro que Audi sentía que ya no podía continuar con un enfoque de las cosas tan dividido en dos personalidades.
Ahora, Binotto está al mando y depende directa y exclusivamente de Audi.
En palabras de Gernot Doellner, Consejero Delegado de Audi y Presidente del Consejo de Administración de Sauber: “Nuestro objetivo es llevar todo el proyecto de Fórmula 1 a la velocidad de la F1 mediante estructuras de gestión claras, responsabilidades definidas, interfaces reducidas y procesos de toma de decisiones eficientes. Para ello, el equipo debe ser capaz de actuar con independencia y rapidez”.
Mattia Binotto, director del equipo Ferrari, llega a la pista con Carlos Sainz, Ferrari F1-75
Foto: Mark Sutton / Motorsport Images
Binotto arrancará el 1 de agosto, pero está claro que ahora el tiempo es esencial. No habrá un período de luna de miel para sentarse y hacer balance de cómo están las cosas antes de pasar a la acción.
Audi necesita moverse rápido para asegurarse de que estará en la mejor forma posible para 2026, y tiene que dar la vuelta a lo que ha sucedido en la pista hasta ahora esta temporada.
Podría haber un nuevo director de equipo (los rumores sobre la contratación de Mike Krack siguen bullendo a pesar de los desmentidos por el propio actual jefe de Aston Martin), y es probable que se desencadene una gran campaña de contratación.
Y no descartes que Binotto se ponga en contacto con Sainz para intentar de nuevo llegar a un acuerdo. Y si lo consigue, podría ser el voto de confianza exacto que necesita para volver a encarrilar el proyecto Audi.
Información adicional de Frederick Hackbarth y Roberto Chinchero
