Red Bull debe recuperar el hilo perdido tras España. Max Verstappen lleva tres carreras sin ganar un GP y el holandés ha visto crecer su nerviosismo hasta el punto de las torpes declaraciones de Hungría. La escudería de Milton Keynes debe encontrar el equilibrio y Spa-Francorchamps es una cita crucial porque el trazado belga es uno donde Max se siente como en casa y donde ha ganado en los últimos tres años.
McLaren, tras el uno-dos en Hungaroring, ha dado la confirmación, si es que alguna vez hacía falta, de que es el monoplaza de referencia y Red Bull está llamado a reaccionar en una pista como la de los bosques de las Ardenas donde siempre ha dominado.
La tarea que le espera a Max no será la más fácil, porque el RB20, además de no ser el coche más brillante del momento, también se ha convertido en difícil de poner a punto y difícil de controlar incluso para un tricampeón del mundo como Verstappen.
Los dos Red Bull RB20 para Spa cuentan con el bazooka del capó
Foto de: Giorgio Piola
El equipo llevó los dos coches a Bélgica con la misma configuración aerodinámica: Pierre Waché decidió volver a la carrocería con la llamativa forma de bazooka, renunciando al coche mucho más aerodinámico que se preparó para el holandés en Budapest. Debía debutar en Holanda y, en cambio, la primera salida se adelantó a Hungría con la esperanza de que pudiera ser el arma ganadora para batir a los McLaren y no fue así. El material para un coche había sido preparado y entregado, por supuesto, a Max, pero los resultados en comparación con la versión estándar no fueron tan emocionantes como los ingenieros esperaban.
En un circuito rápido como Spa-Francorchamps, la eficacia aerodinámica cuenta mucho, así que la versión con el bazooka vuelve a estar en el orden del día. El objetivo es conquistar la pole position (fallada el pasado sábado por 46 milésimas a favor de los dos MCL38), ya que Verstappen tendrá que retroceder 10 posiciones en la parrilla debido a la introducción del quinto motor endotérmico, dado que los cuatro concedidos ya han sido desmarcados y el tercero está roto e inservible.
En el pasado hemos visto a Max protagonizar remontadas “fáciles”, pero el holandés tenía un coche dominante, por lo que podía conducir con el brazo fuera del cockpit para ponerse en cabeza y ganar. Ahora la situación parece decididamente más complicada, pero el equipo Molton Keynes prefiere tener un nuevo Honda de 6 cilindros en Spa que luego pueda estar fresco en Monza.
El desarrollo del RB20 es complicado, porque el equipo ha tenido que dedicar muchos recursos a intentar conseguir una buena fiabilidad con un sistema de refrigeración de cuatro etapas. Es un esquema revolucionario que ofrece grandes perspectivas de desarrollo, pero hasta ahora se han visto limitados por constantes problemas de refrigeración que les han obligado a limitar incluso el uso de la potencia de la Honda PU en determinadas situaciones.
En Bélgica deberían darse todas las condiciones para un relanzamiento de Red Bull: el tiempo en Spa suele ser cambiante y es difícil que haya picos con altas temperaturas. No sólo eso, sino que las altas velocidades deberían garantizar un flujo de aire adecuado al sistema de refrigeración, sin temor a problemas de fiabilidad. La carrera previa a la pausa estival se convierte, por tanto, en un cruce crucial para la continuación de la temporada.