Max Verstappen y el ingeniero de carrera Gianpiero Lambiase han aclarado las cosas sobre su intercambio de mensajes de radio en el Gran Premio de Hungría, tras las conversaciones con el jefe de Red Bull Fórmula 1, Christian Horner, en Bélgica.
El comportamiento del vigente campeón del mundo en el transcurso de la carrera del pasado fin de semana en Hungaroring se convirtió en el centro de atención después de los mensajes de radio cada vez más agresivos al muro de boxes.
A medida que Verstappen se exasperaba cada vez más por la mala ejecución de la estrategia de su equipo, arremetió varias veces sobre lo descontento que estaba con la situación a la que se enfrentaba ante los McLaren.
En un momento dado el tres veces campeón del mundo le dijo a Lambiase: “No amigo, no me vengas con esa mierda ahora. Ustedes me dieron esta jodida estrategia, ¿vale? Estoy tratando de rescatar lo que queda”.
El tono de las declaraciones de Verstappen desató las críticas sobre que estaba yendo demasiado lejos y no le estaba dando a Red Bull el respeto que se merecía por todos los esfuerzos que estaba haciendo por él.
Y aunque Verstappen se mostró desafiante inmediatamente después de la carrera de Hungría -diciendo que los que le criticaban podían “irse a la mierda”- parecía estar de un humor más conciliador cuando llegó a Bélgica para la última carrera de F1 de este fin de semana antes de las vacaciones de verano.
Motorsport.com entiende que Verstappen y Lambiase se sentaron con Horner y el director técnico Pierre Wache en el motorhome de Red Bull a principios del fin de semana para analizar las consecuencias de lo sucedido en Hungría y trazar una línea bajo los procedimientos.
Aunque el equipo entiende perfectamente las frustraciones de Verstappen por cómo se desarrollaron las cosas en Hungría, ya que la estrategia equivocada echó por tierra sus esfuerzos, también es consciente de que hay límites de comportamiento que deben mantenerse.
Además de la reunión con Horner, Verstappen y Lambiase fueron vistos manteniendo una larga conversación privada junto a los camiones de Red Bull en el paddock de Spa-Francorchamps.
La pareja es conocida por tener una relación honesta cuando se trata de hacer frente a las cosas, y no tienen miedo de ser críticos el uno con el otro. Por eso son capaces de no dejar que sucesos como el del pasado fin de semana se enconen durante mucho tiempo.
Algunas fuentes afirman que el asunto de Hungría ya está zanjado y que el tono cortés de su conversación por radio durante el viernes en Bélgica fue un claro mensaje público de que todo iba bien.
Esto se puso de manifiesto en una divertida discusión sobre los tiempos de la sesión.
Verstappen explicó que su actitud en la radio era el resultado de su naturaleza ultracompetitiva.
“La gente a la que no le guste mi lenguaje no tiene por qué escucharlo”, dijo. “Bajen el volumen.
“Estoy muy motivado para triunfar. Creo que ya lo he demostrado. Y siempre quiero optimizar las cosas. Ahora bien, la gente puede argumentar que quizá no sea tan vocal en la radio, pero ésa es su opinión.
“Mi opinión es que hay que decirlo en el momento para quizás también intentar forzar que la segunda parada en boxes hubiera sido un poco diferente y sí, así es como va.
“Somos muy abiertos de mente, somos muy críticos los unos con los otros como equipo, y eso nos ha funcionado muy bien. No espero que eso cambie”.