Thierry Neuville superó con éxito otro día brutal en el Rally Acrópolis para liderar la prueba del Campeonato del Mundo de Rallyes hasta el último día.
El líder del campeonato sobrevivió a seis duras etapas de grava, sin servicio, para aventajar a su compañero de equipo en Hyundai, Dani Sordo, en 54,9s, adjudicándose provisionalmente el máximo de 18 puntos del sábado.
Sordo le sacó dos puntos a Sebastian Ogier, de Toyota, rival de Neuville por el título, que regresó al parque de asistencia en tercera posición [+1m19.9s], con 13 puntos, habiendo continuado su recuperación de un problema con el turbo que le costó el liderato el viernes por la noche.
Neuville comenzó el día en tercera posición pero heredó el liderato, convirtiéndose en el cuarto líder del rally, después de que sus compañeros de equipo Ott Tanak y Sordo sufrieran pinchazos.
El líder nocturno Tanak vio desvanecerse sus esperanzas de victoria tras detenerse dos veces en la primera prueba del día (séptima etapa, Rengini, 28,67 km, para cambiar los neumáticos trasero y delantero derecho pinchados.
La pérdida de más de cuatro minutos empujó al campeón del mundo de 2019 a la cuarta posición, donde permanecía al final del bucle de la tarde, a 3m20.5s de la cabeza.
Sordo asumió el liderato del rally tras los problemas de neumáticos de Tanak, pero su tiempo en cabeza duró poco. El español golpeó una roca en la novena etapa que pinchó su neumático trasero derecho, que luego se desprendió y causó daños en el coche de camino al final de la etapa.
Thierry Neuville, Martijn Wydaeghe, Hyundai World Rally Team Hyundai i20 N Rally1
Foto: McKlein / Motorsport Images
Gregoire Munster, de M-Sport, se mantuvo quinto antes de caer en una zanja en la novena etapa, lo que dio la posición al líder de la clase WRC2, Sami Pajari [+5m07.3s], con Robert Virves sexto [+5m35.1s].
Las etapas restantes del día no estuvieron exentas de drama, ya que Takamoto Katsuta, que regresaba de su abandono del viernes, hizo un trompo y caló su GR Yaris en la etapa 10 (Loutraki, 12,90 km).
Tanak superó la prueba técnica, plagada de piedras sueltas, con el mejor tiempo, 2,4s más rápido que Ogier, mientras que Neuville, prudente, se quedó a 0,2s.
Sordo fue el cuarto más rápido con un i20 N parcheado gracias a sus mecánicos en la zona de montaje de neumáticos del mediodía, que intentaron evitar que entrara polvo en el coche a través del agujero causado por el neumático deslaminado. No obstante, el veterano del WRC optó por llevar gafas para mejorar la visibilidad.
La segunda pasada por el bacheado Aghii Theodori (etapa 11) deparó un par de sustos para Tanak y Elfyn Evans en la misma horquilla, en una pronunciada bajada.
Evans se metió en un surco y su GR Yaris rodó lentamente, pero tuvo suerte de que los espectadores estuvieran allí para empujar el coche. El incidente fue el último drama para el galés, que había ascendido del 30º al 13º puesto tras un pinchazo y un fallo del turbo el viernes.
Evans se detuvo para dejar pasar a Ogier antes de llegar al final de la etapa con una pérdida de 5m07.1s. Toyota decidió retirar el coche para preservar la maquinaria para las etapas del domingo.
Tanak estuvo a punto de imitar el vuelco de Evans, pero se las arregló para evitar que su i20 N rodara sobre dos ruedas. El momento le costó probablemente la victoria de etapa, después de quedar a 0,5s de Ogier en la meta.
Neuville se ciñó a su plan de no correr riesgos innecesarios para completar la prueba a 5,5s y ampliar su ventaja sobre Sordo a 52,6s.
El piloto de Hyundai terminó el día con estilo al ganar una de las súper especiales para espectadores más inusuales de la historia del WRC que puso fin a la jornada.
Neuville se llevó la victoria por 0.4s de Ogier en la prueba de 1.97km que utilizó una sección cerrada de una autopista y una estación de servicio.
Tres etapas esperan a las tripulaciones el domingo para concluir el rally.