El anuncio de la llegada del australiano a la escudería de Paolo Campinoti supone la última pieza de la parrilla de MotoGP de la temporada que viene que quedaba por encajar. Con solo 29 años, Jack Miller es uno de los corredores con más experiencia del campeonato, circunstancia que queda avalada por los diez años que lleva compitiendo en la categoría de las motos pesadas. Yamaha será la cuarta marca que defenderá, después de haber debutado con Honda (2015-2017), haber pasado por Ducati (2018-2022) y haberse enfundado el mono de KTM estos dos últimos cursos (2023-2024).
En su palmarés destacan los cuatro triunfos conseguidos en la categoría de las motos pesadas –uno con Honda y tres con Ducati– y los 23 podios que ha acumulado hasta el momento. La contratación de Miller fue uno de los secretos peor guardados del paddock en las últimas fechas, habida cuenta de los distintos intereses que confluyeron en la operación.
En un primer momento, la idea de Pramac, que la temporada que viene debutará como escudería satélite de Yamaha, era la de incorporar a dos pilotos jóvenes, con hambre y ambición, que aportaran savia nueva y fueran adquiriendo experiencia, a la vez que inyectaran velocidad, un aspecto clave en el desarrollo de la M1.
Sin embargo, las distintas presiones recibidas terminaron por configurar una alineación con Miguel Oliveira y Miller, los dos únicos representantes de sus respectivos países (Portugal y Australia).
“Con 10 años de experiencia en MotoGP, y habiendo corrido con tres fabricantes diferentes, Jack será un activo muy valioso para Yamaha”, comenta Lin Jarvis, todavía director de Yamaha –se jubila a final de año–, en el comunicado que el constructor de los diapasones mandó en la previa del Gran Premio de Emilia Romagna.
“Su velocidad, conocimiento, ética de trabajo y espíritu de equipo serán clave para nuestro proyecto, en el que priorizamos mejorar el rendimiento de nuestra M1”, añade el ejecutivo, que será sustituido por Paolo Pavesio. Con el nuevo acuerdo firmado entre Yamaha y Pramac, el sueldo de Miller y el de Oliveira, así como otras partidas relevantes, las asumirá la compañía de Iwata.