Las actuaciones de Franco Colapinto en apenas tres grandes premios no sólo han sorprendido al paddock de la Fórmula 1, sino que el novato de Williams también ha despertado el anhelo de una nación por su próximo héroe deportivo.
Pocos países viven el deporte como sucede en Argentina. No hay más que recordar las escenas que se vivieron en la capital, Buenos Aires, después de que su icono nacional, Lionel Messi, lidere finalmente al país en la conquista de la Copa Mundial de Fútbol en diciembre de 2022, con unos cinco millones de argentinos saliendo a las calles para celebrar.
En el lado opuesto se encuentran los tres días de luto decretados tras la muerte de Diego Maradona, en 2020, que dieron lugar a concentraciones masivas a pesar de la pandemia del COVID-19 para presentar sus respetos.
Los argentinos no lo han tenido fácil últimamente. Tras años de declive económico, la tasa de inflación de Argentina se disparó hasta el 250%, y se calcula que el 52,9% de una población de 46 millones de habitantes vive en la pobreza. Esta recesión llevó el año pasado a la elección presidencial del derechista libertario Javier Milei, quien adoptó políticas radicales de desregulación en su intento de sanear la economía y enderezar el rumbo del país.
Argentina es una nación patriótica en el mejor de los casos, pero en medio de su malestar económico, sus ciudadanos anhelan aún más encontrar nuevas razones para sentirse orgullosos de su país. Esa práctica tiene incluso su propia palabra: exitismo.
Bandera argentina
Foto: Motorsport Images
Cuando Messi levantó la ansiada Copa del Mundo en Qatar 2022, ese afán de éxito se vio recompensado de forma espectacular. ¿Qué mejor manera de levantar la moral de un país que el éxito deportivo en el mayor escenario del mundo? Pero el jugador de 37 años está ahora en el ocaso de su carrera, y aunque Argentina también celebra con alegría otros equipo nacionales que se destacan, siempre está a la búsqueda de ese próximo héroe deportivo que la inspire en tiempos difíciles.
Ni que decir tiene que hay un abismo entre guiar a tu país hasta la Copa Mundial y terminar octavo en un Williams, pero Colapinto, de 21 años, está surfeando ahora sobre una ola similar de apoyo patrio que en su momento también respaldó a figuras de la talla de la estrella de la NBA Manu Ginobili, la tenista Gabriela Sabatini o la leyenda del hockey Luciana Aymar, por nombrar algunos casos.
El país tiene una rica historia con la F1, ya que ha celebrado un gran premio intermitentemente en Buenos Aires entre 1953 y 1998. Cuatro de ellos fueron ganados por la superestrella argentina de la F1 Juan Manuel Fangio, mientras que el último argentino en ganar un gran premio fue Carlos Reutemann, en 1981. Desde el período de Gastón Mazzacane en 2000 y 2001, los aficionados al automovilismo han tenido que esperar 23 años para apoyar a uno de los suyos, hasta que Colapinto, protegido de Williams, ocupó sorprendentemente el asiento de Logan Sargeant en el Gran Premio de Italia de septiembre.
Aunque el inesperado ascenso de Colapinto en sí mismo ya fue una gran noticia en su país, sus buenas actuaciones generaron un revuelo aún mayor. Las audiencias televisivas y los números en las redes sociales se dispararon en las últimas semanas, y las cifras de audiencia de FOX Sports Argentina se triplicaron desde la llegada de Colapinto. FOX, que es sólo una de las varias maneras de ver la F1 en el país, disfrutó de picos aún mayores durante el Gran Premio de Singapur, que atrajo a alrededor de 600.000 espectadores, por encima de una media de 150.000 en carreras anteriors, rivalizando con números del primetime en un domingo por la mañana. En los periódicos locales aparecieron numerosos artículos destacando cada uno de sus movimientos, hasta el punto de que los periodistas llegaron a poner el ojo en su lugar de nacimiento, Pilar, en las afueras de la extensa metrópolis de Buenos Aires.
Aficionados argentinos presencian el Gran Premio de Singapur en Pilar, ciudad natal de Franco Colapinto.
Foto: Municipalidad de Pilar
Los ciudadanos de Pilar se organizan para ver F1, lo que se espera que sea aún más numeroso cuando el campeonato se traslade al continente americano y a husos horarios más amenos para que las familias argentinas puedan ver las carreras en directo durante sus apreciados almuerzos de los domingos. Los que tienen la suerte de viajar han intentado aprovechar la oportunidad de ver de cerca a su nuevo héroe en el próximo Gran Premio de Brasil, para el que se han agotado casi todas las entradas.
“Estoy muy contento de recibir tanto apoyo de mi país”, declaró Colapinto a Motorsport.com en una entrevista exclusiva en Singapur. “Es muy especial, y ver a todo el mundo tan contento con los buenos resultados que estamos teniendo como equipo en Williams, es lindo ver que están disfrutando tanto. Tengo muchas ganas de ir a Brasil. Es un lugar muy especial para mí. Siendo de Argentina, es casi mi carrera de casa, así que va a haber muchos fans”.
Los patrocinadores argentinos pronto vieron una oportunidad, con Mercado Libre y Globant acudiendo en masa a Williams apenas unos días después de que se anunciara el asiento de Colapinto para el resto de la temporada 2024.
“Estoy muy orgulloso”, añadió Colapinto. “Para ser honesto, desde que Williams anunció que iba a correr con ellos en la F1, vinieron y llegaron muchas empresas, y es de esperar que pronto lleguen más, lo que es genial de ver. Globant fue una de las primeras que me ayudó a llegar a la Fórmula 2, y tenerlos ahora en el auto también en la F1 es muy lindo. Y Mercado Libre es una de las empresas más grandes de Sudamérica, y es muy, muy agradable de ver. Estoy muy agradecido”.
Franco Colapinto, Williams Racing
Foto: Williams
Gestionar las crecientes expectativas de una nación
El gobierno argentino no ha tardado en detectar la oportunidad de aprovechar el éxito de Colapinto, y el Ministro de Turismo, Daniel Scioli, ha anunciado planes para reactivar el Gran Premio de Argentina. “Me voy a ocupar porque hablé con el Presidente Javier Milei para traer la Fórmula 1”, dijo recientemente en un acto organizado por la Federación Internacional de Turismo. “No tengo dudas, ya hay conversaciones para traerla a nuestro país porque hoy está permitido pensar en grande”.
Revivir la carrera ha sido a menudo una quimera en el pasado, pero la delegación de Scioli planea ahora viajar al Gran Premio de Brasil para mantener conversaciones exploratorias en la F1. Dada la situación de su economía y la gran demanda para tener un lugar en el calendario de 24 carreras de la F1, la posible candidatura de Argentina se enfrenta a una feroz competencia y tendrá que depender de la financiación privada. Pero dado que la carrera de Colapinto en la F1 por ahora sólo está asegurada hasta el final de la temporada 2024, sin garantías sobre su futuro a largo plazo, algunos observadores han calificado las afirmaciones de Scioli de una búsqueda de influencia política.
Si la carrera de Colapinto despega como es debido, por ejemplo si Williams lo cede a Sauber para los próximos años, es probable que la expectativa en torno a su figura aumente con el tiempo. Esto es positivo tanto para Colapinto como para Williams, siempre y cuando las cosas vayan bien, pero también hay que tener en cuenta si su relación con su equipo o con sus rivales en la pista empeora.
A principios de este año, Theo Pourchaire, piloto junior de Sauber y ocasionalmente de McLaren en la IndyCar, fue objeto de amenazas en las redes sociales después de un encontronazo con el argentino Agustín Canapino en Detroit, lo que agrió lo que había sido una oleada de interés en y desde Argentina en múltiple campeón de coches de turismo y en el equipo Juncos Hollinger Racing, de propiedad parcialmente argentina, y reflejó acontecimientos similares en 2023 que involucraron a Callum Ilott.
Callum Ilott, Juncos Hollinger Racing Chevrolet Agustín Canapino, Juncos Hollinger Racing Chevrolet
Foto: Brett Farmer / Motorsport Images
Afortunadamente, el incidente sólo afectó a una pequeña minoría de aficionados, y dada la madurez con la que digirió su inesperado debut en la F1, Colapinto parece estar equipado para hacer frente a lo que sea que le depare su recién descubierta fama.
Aunque el éxito máximo en la Fórmula 1 sigue siendo un sueño lejano para Colapinto, al menos su orgulloso país ha encontrado otro motivo para sonreír.