Tal y como adelantó Motorsport.com el pasado 11 de septiembre, el Mundial de MotoGP apostará por parar el desarrollo a nivel de motores las dos próximas temporadas, antes de la entrada en vigor del nuevo reglamento de la máxima categoría del motociclismo a partir de 2027.
De esta manera, los fabricantes podrán centrarse en preparar las motos de cara a la nueva normativa, sin tener que hacer inversiones en los propulsores más allá de los que se vayan a introducir la próxima temporada.
Bajo la normativa actual, los constructores podían, cada temporada, presentar motores completamente nuevos y diferentes antes del primer gran premio de cada temporada, quedando sellados y ya no pudiendo ser modificados el resto del año.
Con la congelación de los motores decidida unánimemente por todos los fabricantes, el motor de muestra que cada equipo presente el jueves del GP de Tailandia 2025, el primero del calendario del año próximo, será idéntico al que utilicen toda la temporada, disponiendo de hasta ocho unidades a utilizar durante todo el curso.
MotoGP lo confirmó así, junto al matiz de que se podrán hacer cambios en las unidades de potencia por motivos de seguridad o fiabilidad, algo que ya pasaba: “La especificación del motor en la categoría de MotoGP se congelará para 2026, lo que obligará a todos los fabricantes a utilizar su especificación de 2025 la temporada siguiente. El objetivo es controlar los costes y maximizar la paridad de cara a la introducción del nuevo reglamento en 2027. Se podrán hacer algunas concesiones en cuanto a correcciones por motivos de seguridad o fiabilidad, o por la no disponibilidad demostrada de componentes, siempre que no se obtenga un aumento de las prestaciones”.
De esta limitación seguirán quedando exentos los fabricantes que, en ese momento, gocen de concesiones en lo relativo a la permisividad con los motores, y que ahora mismo son Yamaha y Honda, las dos casas japonesas que, de no empezar a ganar carreras en este tramo final del año, mantendrán su actual estatus.
Además de los equipos oficiales de las respectivas fábricas afectadas, Ducati, KTM y Aprilia, los equipos privados que se nutran de sus propulsores, quedaran igualmente ceñidos a esa congelación.
No es la primera vez que el máximo órgano de decisión de MotoGP utiliza la carta de congelar los motores para contener el gasto y estabilizar los presupuestos, la más reciente fue durante la pandemia, las temporadas 2020 y 2021.
La medida cobra lógica en la voluntad de los estamentos que rigen el campeonato de contener la inversión de las fábricas cuando solo faltan dos temporadas para el cambio del marco técnico vigente, antes de la sacudida anunciada para 2027. Entonces, los motores de 1000cc darán paso a una versión más reducida, de 850cc, y esto irá acompañado de una restricción considerable de los elementos aerodinámicos y otros dispositivos, como, por ejemplo, los reguladores de altura que, en principio, desaparecerán a excepción del utilizado para las salidas.
Moto del Aprilia Racing Team
Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images