Red Bull está dividida en dos frentes en estos momentos. Por un lado, la conciencia de que está luchando en el frente del rendimiento para defender el Campeonato del Mundo de Pilotos de un McLaren que se ha convertido ya en una referencia, y por otro, la esperanza de que las actualizaciones de Austin puedan relanzar el RB20 tras un periodo difícil.
Hablando de los problemas actuales, muchos miembros del equipo de Milton Keynes han señalado que en la raíz de esta caída del rendimiento se encuentra un desarrollo que ha seguido una dirección equivocada, con una falta de correlación entre los datos obtenidos en la pista y los del túnel de viento. Un elemento que pesa mucho en la perspectiva del desarrollo, sobre todo cuando luego resulta difícil rastrear las causas de este desajuste en términos de datos.
“El equilibrio está desconectado delante y detrás. Lo vemos en los datos. Desde nuestro túnel de viento no es evidente, pero desde los datos en la pista es obvio. Así que es algo que tenemos que entender porque, cuando hay un problema como ese, significa que no puedes confiar en tus instrumentos. Tienes que volver a los datos de pista y a la experiencia previa”, explicaba Christian Horner en las últimas semanas sobre las correlaciones perdidas.
Max Verstappen, Red Bull Racing RB20
Foto de: Lionel Ng / Motorsport Images
Actualmente, el túnel de viento que utiliza Red Bull es de los que más años tiene a sus espaldas y no se encuentra en Milton Keynes, sino en Bedford, a poco menos de una hora de la sede del equipo. Una distancia que no es insalvable pero que, evidentemente, requiere desplazamientos y un cierto grado de organización para probar algo nuevo, sobre todo teniendo en cuenta que el departamento de compuestos, donde se pueden hacer modificaciones a los modelos que se utilizan en el túnel, se encuentra en Milton Keynes.
Para que nos hagamos una idea, uno de los puntos fuertes del túnel de viento de Aston Martin no será sólo el hecho de que será extremadamente moderno y contará con una tecnología de sensores mucho más avanzada, sino también que estará conectado directamente con el departamento de compuestos de Silverstone, de modo que los ingenieros podrán intervenir con mayor rapidez. Evidentemente, a la hora de evaluar la eficacia de un túnel de viento también hay que tener en cuenta diferentes elementos.
Hablando de los problemas que aquejan al túnel de viento de Red Bull, Helmut Marko comentó que hay varios aspectos que limitan el trabajo de los ingenieros ahora que el desafío es cada vez más intenso. “Un túnel de viento más moderno ayudaría en estos momentos. Nuestro túnel de viento es un modelo de posguerra construido por el ejército británico. Y, por supuesto, tiene sus desventajas: la temperatura exterior, las distancias muy largas, el tiempo de calentamiento y todo lo demás. Ahora estamos muy atrasados en este frente”, explicó el asesor de Red Bull en una entrevista a la publicación hermana de Motorsport.com, Motorsport-Total.com. De hecho, la temperatura interna también tiene que alcanzar un determinado objetivo y si el aire exterior está demasiado caliente o frío, se tarda más en alcanzar el objetivo deseado.
Elementos que hay que tener en cuenta, no sólo porque el actual túnel de viento está mostrando sus límites, sino también porque con el actual sistema de horas en el túnel de viento basado en la posición en la clasificación, Red Bull ha tenido menos tiempo que los demás equipos para desarrollar su coche. Por lo tanto, es crucial ser eficiente y aprovechar al máximo las horas permitidas por el reglamento.
McLare ha construido un nuevo túnel de viento y es uno de los aspectos más destacados en la nueva competitividad
Fotos de: McLaren
Aspectos de los que Red Bull es consciente y, no por casualidad, ya el año pasado, incluso antes del declive observado durante esta temporada, invirtió en la construcción de un nuevo túnel de viento, que ya no estará en Bedford, sino justo al lado de las instalaciones de Milton Keynes, lo que garantiza diversas ventajas. Una cuestión que también ha llevado a Racing Bulls a trasladar su sede de Bicester, donde hay un túnel de viento que no se utiliza desde hace tres años, a Milton Keynes, donde los ingenieros podrán aprovechar todas las nuevas instalaciones que Red Bull está poniendo en marcha.
El proyecto ya está en construcción, pero está claro que el plazo será bastante largo. Esto significará que el nuevo túnel de viento no sólo podrá utilizarse para el desarrollo del coche de 2025, sino ni siquiera para la creación del monoplaza de 2026, con el que llegará una revolución técnica de gran impacto también en términos de aerodinámica. Por mucho que ésta sea una era en la que las unidades de potencia desempeñarán sin duda un papel significativo, será igual de fundamental comprender rápidamente cómo hacer que la aerodinámica funcione mejor, en un fino equilibrio entre la carga y la resistencia aerodinámica generada.
La esperanza es que, como explicó Marko, el nuevo túnel de viento pueda estar en funcionamiento ya en 2026 para ayudar al desarrollo, y para poder reducir el tiempo de construcción, el consultor de Red Bull señaló que se está considerando un enfoque particular. “Se está construyendo el túnel de viento y también hemos comprado nuestro propio edificio porque si consigues que ciertos elementos encajen y que todas las piezas encajen, puedes ahorrar incluso medio año como tiempo de construcción y eso es posible con este edificio”.