Así se prepara Prema para su gran aventura en IndyCar

Viajando por las Interestatales 69 y 465 que circunscriben la ciudad de Indianápolis, destacan las grandes estructuras que se levantan junto a la autopista, sedes en las que se alzan nombres que evocan la historia del automovilismo estadounidense. Chip Ganassi Racing, AJ Foyt, Rahal Letterman, Ed Carpenter, Arrow McLaren, hasta llegar a la nueva sede de Andretti Global en la localidad de Fisher.

A menos de un kilómetro del enorme complejo, en un nuevo edificio de 7.000 metros cuadrados que hasta el pasado mes de julio estaba totalmente vacío, un sueño largamente acariciado está tomando forma. Hace unos días, sobre la entrada principal apareció el letrero de Prema, el mismo que luce desde hace décadas en las instalaciones de Grisignano di Zocco, en Italia.

Prema se prepara para la IndyCar 2025

Foto de: Prema Powerteam

La actividad es frenética, con una cuenta regresiva que corre veloz marcando el lanzamiento de un equipo que debutará en el campeonato IndyCar el primer fin de semana de marzo. René Rosin, Giacomo Piccini y Angelina Ertsou recorren kilómetros dentro de los enormes espacios aún parcialmente amueblados, grandes cajas de material llegadas de Italia (en su mayoría de la marca Dallara) junto con equipos técnicos y mobiliario de oficina.

“Acabamos de terminar de construir un pequeño muro idéntico al que delimita el pit lane de los circuitos americanos, define la zona donde haremos las paradas en boxes”, explica René Rosin.

Dos enormes “camiones”, propulsados por los motores tradicionales que dominan las carreteras estadounidenses, ocupan sólo una parte del espacio dedicado a los vehículos de transporte, en el que también hay una enorme furgoneta camper perteneciente a Romain Grosjean, tercer piloto del equipo.

Vehículos Prema Indycar en el garaje de la sede de Indianápolis.

Foto de: Roberto Chinchero

En la zona dedicada al montaje de los monoplazas, cuatro coches van tomando forma, dos con especificaciones para circuitos mixtos y otros tantos destinados a óvalos.

“Aquí es la norma”, explica Piccini, “aunque la carrocería sea la misma no hay tiempo para adaptar los monoplazas, en el calendario hay fines de semana en circuitos urbanos seguidos unos días después por un fin de semana en un óvalo, entonces habrá un quinto coche de repuesto”.

Prema en preparación en la fábrica de Indianápolis

Foto de: Roberto Chinchero

También está cubierto bajo una lona el primer motor que llega del departamento deportivo de Chevrolet en Charlotte, Carolina del Norte, el lugar que la semana pasada acogió la presentación oficial del programa. Al fin y al cabo, la decisión de abandonar la “zona de confort” europea en la que el equipo Prema se ha convertido en un referente absoluto nació como un nuevo reto, deseado y desde luego no impuesto.

“Mucha gente nos lo venía pidiendo desde hacía tiempo”, confía René Rosin, “había varios pilotos que, tras terminar el programa de F2, querían continuar su relación con nuestro equipo, pero no teníamos programas que ofrecerles”. Incluso varias personas del paddock de la F1 nos aconsejaron varias veces: ‘deberían ir a la Indycar’. Y aquí estamos, tomando forma”.

René Rosin con Callum Ilott y Robert Shwartzman, pilotos de Prema en IndyCar.

Foto de: Prema Powerteam

El reto es enorme: ir a competir con los equipos punteros de la serie estadounidense en su coto de caza es una hazaña nunca lograda por ningún equipo europeo, y en Prema lo saben muy bien.

“En esta serie hay muchos conocimientos específicos que obviamente no tenemos”, confirmó Rosin, “por eso decidimos estructurar el equipo con profesionales que tienen mucha experiencia en Indycar, empezando por el director del equipo Piers Phillips (ex Rahal Letterman Lanigan Racing) y el director de operaciones Graham Quinn, que tiene una larga trayectoria en el equipo Andretti”.

En la sede de Prema Racing en Indianápolis, el personal se prepara

Photo by: Roberto Chinchero

Una de las piedras angulares de este proyecto es el deseo de no dejar de lado la experiencia que Prema ha adquirido en Europa, el ADN de un equipo que en cuarenta años de actividad ha puesto 87 títulos en su palmarés.

“El objetivo es mezclar las dos filosofías”, reitera Rosin, “Guillaume Capietto (ingeniero francés que ha sido durante años una figura de referencia para los programas de F2 y F3) estará al frente del departamento técnico, y el resto del personal llegará de Europa”.

El espíritu Prema ha sido un elemento subyacente al proyecto desde el principio. Además del personal técnico, los dos pilotos también son “ex”, concretamente Callum Ilott y Robert Shwartzman. No sólo eso, incluso en un papel tan crucial como la gestión de los dos pilotos hay una antigua figura de Prema, Ryan Briscoe. “He corrido muchos años aquí en Estados Unidos”, explicó el antiguo campeón de F.Renault y F.3, “al mismo tiempo, mi formación tuvo lugar en Europa y especialmente en Prema. Mi papel será el de puente entre los dos mundos”.

Prema en Indianápolis

Foto de: Roberto Chinchero

“Somos conscientes de que tenemos mucho que aprender”, aclara Rosin, “pero desde luego no dejamos de lado nuestras ambiciones. El objetivo en esta primera temporada será hacerlo bien sobre todo en circuitos urbanos y mixtos, en cuanto a los óvalos necesitaremos más tiempo”.

El programa de la Indycar ya está planificado desde hace mucho tiempo, el objetivo es acelerar las cosas, pero de momento no hay señales de estrés. También estuvo presente en la presentación del equipo Max Papis, ahora director de carrera del campeonato Indycar.

“Cuando empecé mi carrera en Italia me hubiera gustado correr en F3 con ellos, pero nuestros caminos no se cruzaron. En aquellos días Angelo Rosin estaba al timón, hoy su hijo René, pero veo que el espíritu sigue siendo el mismo, estoy seguro de que llegarán donde quieren estar”.

Pronto habrá dos banderas en las instalaciones de Fishers, una estadounidense y otra italiana. “Desde luego, no olvidamos quiénes somos”, comentó Rosin, “pero también es justo rendir homenaje a nuestro personal estadounidense, se preocupan mucho”.

Al salir por una de las puertas de la parte trasera de las instalaciones, se distingue a lo lejos la enorme estructura que está terminando de construir el equipo Andretti, uno de los casos más cristalinos del sueño americano.

“No hemos venido aquí para hacer números”, concluye Rosin, “este programa nos está exigiendo mucho y representa un paso muy, muy importante en la historia de Prema. Al fin y al cabo, sólo hay una manera de darle sentido a todo esto, y es hacerlo bien en la pista, como es justo”.