A pesar de que las concesiones de las que goza la marca de los diapasones permitirían que Fabio Quartararo y Alex Rins, su pareja de pilotos titulares, lo pusieran a prueba, el trabajo recaerá principalmente en Augusto Fernández. El mallorquín, que con vistas a este 2025 desempeña las labores de probador de Yamaha y corredor reserva, ha disputado las dos últimas paradas del calendario, en Austin (terminó el 13º) y en Qatar, donde no pudo acabar la carrera debido a una caída, en sustitución de Miguel Oliveira, subido a la M1 del portugués del equipo Pramac. Fernández volvió el pasado domingo por la noche desde Doha y de regreso a España, para volver a saltar a la pista, en Valencia, este martes.
En un principio, Yamaha contrató a Andrea Dovizioso para que se centrara en el trabajo de evolución y puesta a punto de ese motor V4 que tanto ha dado de que hablar en los últimos meses. No obstante, el italiano no está en condiciones de subirse a la moto como consecuencia de un infortunio doméstico en el que se rompió la clavícula, después de que los doctores le hubieran sacado la placa que le colocaron meses antes. A Fernández es muy probable que se le una Cal Crutchlow, otro de los corredores que siguen en nómina del constructor de Iwata.
Motorsport.com entiende que esta será la primera vez que el motor V4 se ponga a prueba en un circuito europeo. A principios de año se estrenó en una sesión privada en el circuito de Sepang, aunque en aquella ocasión se trataba de una versión muy primaria, con mucho trabajo por delante, sobre todo a nivel de electrónica.
La idea inicial de Yamaha era probarlo a finales de 2024, en unos entrenamientos que debían celebrarse en Jerez. Sin embargo, en aquella ocasión, el motor se volvió a empaquetar y se mandó de regreso a Japón sin salir a pista.
Jerez era, de nuevo, el escenario elegido para ponerlo en pista, perolas inundaciones registradas en la zona obligaron al cierre temporal del trazado para su remozamiento. Debido a la regla que impide hacer test en un circuito 14 días antes de un gran premio, finalmente se optó por el Ricardo Tormo de Valencia, que recibirá prototipos de MotoGP por primera vez tras la dana.

Alex Rins, Yamaha Factory Racing
Yamaha es el único fabricante de la actual parrilla cuyas motos, después de haber recuperado su equipo satélite (Pramac) compite con un propulsor de cuatro cilindros en línea. Sin embargo, la presión de los corredores, que llevan mucho tiempo acusando una evidente falta de velocidad punta en la M1, sobre todo al comprarse con las todopoderosas Ducati, ha hecho que los ingenieros de Yamaha busquen alternativas, alguna tan drástica como un cambio en su tradicional naturaleza de motor. Para este proyecto, la firma japonesa cuenta con el apoyo de Marmotors, la empresa de ingeniería de Luca Marmorini, un reputado técnico con una gran experiencia en la Fórmula 1.
“Cuando la moto con el motor V4 sea mejor que la que usamos ahora, si es que llega a serlo, entonces la introduciremos. No es realista pensar en hacer el cambio en 2025. Cuando les demos esa moto a los pilotos oficiales tenemos que estar convencidos de que está a un buen nivel”, convenía Paolo Pavesio, director de Yamaha, en febrero en una charla con Motorsport.com.
Si bien la Asociación de Fabricantes (MSMA) acordó la congelación de las unidades de potencia de MotoGP, desde la primera carrera de este curso y hasta que termine 2026, finalmente se dio luz verde a Yamaha para que se pusiera a trabajar en ese proyecto del V4, ya con el motor de 1000cc actual, antes de pasar al de 850cc que entrará en escena en 2027, con el nuevo reglamento.
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Oriol Puigdemont
MotoGP
Alex Rins
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