Takuma Sato, dos veces ganador de las 500 Millas de Indianápolis en 2017 y 2020, es uno de los pilotos con más experiencia en el IMS. Este año, el piloto japonés aspira a tomar su 16ª salida en el evento más importante de IndyCar, de nuevo pilotando para Rahal Letterman Lanigan Racing.
Sato mostró una velocidad impresionante en los dos días del Open Test, situándose tercero en la general del miércoles y segundo en la del jueves. También registró la velocidad más rápida sin rebufo en la sesión con boost, con 232,565 mph.
Desgraciadamente, su monoplaza deberá someterse a serias reparaciones después de que Sato hiciera un trompo y se estrellara contra el muro en los primeros 90 minutos de entrenamientos. El coche sufrió importantes daños en el lateral izquierdo y en la parte trasera del Honda Nº75. Sato se bajó del coche con cuidado, pero pudo salir caminando.
Sato fue revisado más tarde y dado de alta del centro de atención en el infield, publicando más tarde un mensaje de agradecimiento en las redes sociales al tiempo que revelaba la gravedad del impacto: “Muchas gracias a IndyCar, Dallara, e IMS por crear un entorno tan seguro. Perdí la parte trasera a 233mph (375km/h). Los datos registraron un impacto de 94G. Sólo magulladuras leves y estoy bien. Estoy muy agradecido a mi equipo, lamento el trabajo extra. Volveremos más fuertes para la Indy 500”.
Kyle Larson fue el único otro piloto que se chocó durante la sesión del jueves, pero su impacto fue mucho menos grave que el de Sato.
Scott McLaughlin terminó con la velocidad más rápida de todos los pilotos a lo largo de toda la prueba, alcanzando 232,686 mph.
Sato, de 48 años, es uno de los siete ex ganadores de la Indy 500 inscritos en la prueba de este año, siendo los otros Josef Newgarden, Marcus Ericsson, Helio Castroneves, Will Power, Alexander Rossi y Ryan Hunter-Reay.
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