Me voy con un orgullo inmenso

Aunque el miércoles por la mañana se dirigió a su personal para anunciar su propia destitución de la dirección de Red Bull Racing, Christian Horner se tomó su tiempo antes de romper públicamente su silencio.

El abrupto final de un mandato que habrá durado más de veinte años al frente del equipo con sede en Milton Keynes es difícil de digerir para el británico, que tuvo cuidado de elegir las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos al pasar página a un periodo histórico en la Fórmula 1, tanto a nivel personal como para el deporte en su conjunto. 

“Después de una increíble aventura de veinte años juntos, me despido con el corazón encogido de este equipo que tanto he amado”, ha declarado Christian Horner a primera hora de esta tarde, un día después de que la cúpula directiva de Red Bull tomara la decisión interna de sustituirle por Laurent Mekies con efecto inmediato.

“Todos y cada uno de ustedes, la extraordinaria gente de la fábrica, han sido el corazón y el alma de todo lo que hemos conseguido. En la victoria y en la derrota, en cada etapa, hemos permanecido unidos y solidarios, y nunca lo olvidaré. Haber formado parte de este equipo legendario y haberlo dirigido ha sido un privilegio. Estoy inmensamente orgulloso de nuestros logros colectivos, y de todos”. 

“Un enorme agradecimiento a nuestros socios y aficionados, que han hecho posible que podamos competir. Su apoyo ha visto crecer al equipo desde sus humildes comienzos hasta convertirse en una potencia de la F1, con seis títulos de constructores y ocho de pilotos.”

En su elegante mensaje, Christian Horner extiende su agradecimiento más allá de la familia Red Bull, a pesar de que a sus 51 años nadie sabe aún si asumirá otros roles en el futuro en un paddock que ha pisado durante dos décadas. 

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“Gracias también a nuestros rivales: sin ustedes, no habría carrera”, dice. “Nos han empujado, desafiado y permitido alcanzar cotas que nunca creímos posibles. La competición ha hecho que cada victoria sea más deliciosa, y cada revés una oportunidad para progresar. La Fórmula 1 es un deporte forjado por la ambición, la pasión y el respeto. Las rivalidades han sido intensas, pero es este deseo compartido de innovar y superar los límites lo que ha hecho que esta aventura sea tan especial.”

“Es un honor haber formado parte de este periodo excepcional del automovilismo. Me voy con un inmenso orgullo por todo lo que hemos conseguido, y con una gran esperanza por lo que nos espera en 2026, así como con un profundo respeto por todos aquellos que hacen de la F1 la cima que es hoy.”