Con el despido de Horner de su puesto como jefe de equipo, Red Bull cierra un capítulo que abarcó todos los altibajos de su historia: desde las épocas de dominio con Sebastian Vettel y luego con Max Verstappen, hasta la actual caída de rendimiento.
El discurso que se vendía a los accionistas tailandeses —que cualquier miembro del equipo era reemplazable y que Horner era la clave del éxito— ya no tenía sustento en 2025.
La caída ha sido drástica. En 2023, Red Bull ganó todas las carreras menos una. Ahora, a mitad de la temporada 2025, ambos títulos mundiales parecen fuera de alcance y la temporada prácticamente puede darse por perdida.
Esto habla tanto del avance de McLaren como del retroceso de Red Bull —y ese retroceso es complejo. La curva de desarrollo del RB21 parece haber llegado a un callejón sin salida. Aunque el coche sigue siendo rápido, solo funciona dentro de una ventana de rendimiento extremadamente estrecha. Red Bull no ha logrado ampliar esa ventana sin sacrificar el rendimiento máximo, mientras que McLaren sí lo ha hecho.
Desde el punto de vista operativo, también han empeorado. Red Bull ha cometido varios errores en boxes desde la salida de Jonathan Wheatley, especialmente en Miami y Bahréin. El Gran Premio de Bahréin fue el punto más bajo del equipo esta temporada, sobre todo desde una perspectiva operativa. La reunión de crisis posterior a esa carrera ya anticipaba lo que vendría, con la frustración acumulándose. La estrategia tampoco ha estado al nivel habitual, como lo demostró la elección de neumáticos duros en Barcelona.

Charles Leclerc, Ferrari, Max Verstappen, Red Bull Racing
Photo by: Andy Hone / Motorsport Images
La magnitud y complejidad de los problemas indican que 2025 ya no tiene salvación. Red Bull presentará otra tanda de actualizaciones antes del receso de verano, pero como ya admitió el asesor Helmut Marko, no cambiarán el curso de la temporada. Ya sea Laurent Mekies u Horner quien esté al frente, el resultado probablemente será el mismo.
Más importante aún: no hay soluciones rápidas. Los problemas son estructurales, y reconstruir llevará tiempo.
Irónicamente, el propio Horner lo reconoció en lo que terminó siendo su última conferencia de prensa oficial de la FIA como jefe de Red Bull: “Recuerdo que Dietrich Mateschitz me dijo una vez: no necesitamos al mejor piloto si no tenemos el mejor coche. En ese momento, se trataba de construir un equipo. Todo va por ciclos, y el deporte también. Tuvimos dos ciclos increíblemente exitosos en la Fórmula 1, y lo que queremos es construir hacia el próximo ciclo”.
Y es exactamente donde está Red Bull ahora, salvo que ese proceso de construcción ya no incluirá a Horner.
¿Qué tan clave es retener a Verstappen?

Christian Horner, Red Bull Racing, Max Verstappen, Red Bull Racing
Photo by: Red Bull Content Pool
Los cimientos para una nueva era se apoyan en cuatro pilares: el proyecto de motor propio, el equipo técnico, la cultura interna y la alineación de pilotos. Pero en 2025, la situación es diferente a la de hace 20 años, cuando Mateschitz decía eso. En ese entonces, Red Bull tenía que demostrar que podía construir un coche competitivo. Firmar a Adrian Newey era más importante que firmar a un piloto estrella.
Ahora, Red Bull ya tiene a ese piloto estrella y el equipo se ha vuelto fuertemente dependiente de él en los últimos años. Si se duplicaran los puntos de Tsunoda desde que se unió al equipo principal (siete), Red Bull sería último en el campeonato de constructores.
Perder a Verstappen implicaría mucho más que reemplazar a un piloto. Es el único que puede extraer rendimiento constante del coche actual, lo que significa que el equipo y su filosofía técnica deberían replantearse.
Esto no se debe a que el coche esté diseñado solo para él, sino a un ciclo auto-alimentado: Verstappen es el único piloto de Red Bull que rinde en pista, por lo tanto el equipo debe maximizar sus opciones siguiendo su feedback. Naturalmente, el coche evoluciona en esa dirección, lo que a su vez dificulta aún más que un compañero se destaque. Y el ciclo se repite.
Si Verstappen se fuera, Red Bull tendría que reinventar parcialmente su filosofía. Al menos, el cambio de reglamento en 2026 exige de todos modos una nueva filosofía.
El segundo asiento sigue siendo un problema. La dirección de Red Bull ya reconoce que el problema es mayormente el coche, y Marko hizo algunos comentarios interesantes después de que Alex Dunne tuviera una sesión de entrenamientos con McLaren en el GP de Austria. El nuevo jefe Mekies, que conoce bien a Tsunoda por su tiempo en Racing Bulls, es una buena opción para trabajar con pilotos jóvenes, pero aquí tampoco hay una solución inmediata. Tsunoda terminará la temporada, pero con la salida de Honda en el horizonte, Red Bull aún debe decidir quién ocupará ese asiento en 2026.

Yuki Tsunoda, Red Bull Racing
Photo by: Glenn Dunbar / LAT Images via Getty Images
Proyecto de motor: potencial a largo plazo, ¿pero con comienzo difícil?
El proyecto de motor propio con Ford es una pieza clave del futuro de Red Bull. El director global de Ford Performance, Mark Rushbrook, dijo a Motorsport.com que Red Bull Powertrains y Ford estaban cumpliendo con la mayoría de sus objetivos, pero reconoció que es imposible que un nuevo jugador cumpla con todos de inmediato.
En su última conferencia de prensa, Horner coincidió y dijo que sería “vergonzoso” para Mercedes si Red Bull los superara desde el principio. Esto es en parte una forma de gestionar expectativas, algo que también remarcaron durante una visita guiada a la fábrica: “Queremos prometer poco y entregar mucho”. Al mismo tiempo, vencer de inmediato a fabricantes con décadas de experiencia es muy poco probable.
Red Bull ve su proyecto de motor como una inversión a largo plazo. “Lo fantástico es tener todo bajo un mismo techo: ingenieros de chasis sentados junto a los de motor. Eso no debe subestimarse cuando se habla de empaquetado”, dijo Horner. “Cuando tenés a esos grupos comunicándose cara a cara, compartiendo un café dentro del mismo edificio, eso no tiene precio y rendirá frutos. Tal vez no en 2026, pero sí en 2027, 2028 y más allá. A largo plazo, es 100% lo correcto para Red Bull”.
Tiene sentido que Red Bull busque independencia total y evite situaciones como las vividas con Renault y Honda. Esa independencia y una mejor integración entre unidad de potencia y chasis pueden dar frutos, pero 2026 seguirá siendo un gran desafío.
¿Qué está causando los problemas técnicos actuales?

Christian Horner, Red Bull Racing
Photo by: Peter Fox / Getty Images
Durante las dificultades con Renault, Red Bull todavía tenía un chasis y paquete aerodinámico muy competitivos. Pero ahora eso también está en duda. Desde Miami 2024, Red Bull ha tenido dificultades y el equipo técnico no ha encontrado la forma de revertirlo. La nueva dirección debe preguntarse: ¿se trata de herramientas obsoletas o de salidas clave en el equipo?
Este último punto no se refiere solo a Adrian Newey, sino también al exjefe de ingeniería Rob Marshall. Consultado por Motorsport.com sobre si Marshall marcaba la diferencia ahora en McLaren, Verstappen respondió: “Creo que eso está bastante claro”.
Aun así, Horner insistió varias veces en que el equipo tenía “fuerza y profundidad”. “En esencia, es el mismo grupo de personas que diseñó el coche que ganó todas las carreras menos una hace apenas 18 meses. Esa gente no se volvió tonta de la noche a la mañana”.
De hecho, Red Bull sigue contando con figuras clave como el director técnico Pierre Waché, el jefe de ingeniería de rendimiento Ben Waterhouse y el ingeniero jefe Paul Monaghan. Pero sin Newey —a quien Waché describía como alguien que siempre “desafiaba” al equipo técnico—, tienen algo que demostrar en 2026.
El equipo suele señalar su túnel de viento obsoleto como la principal limitación. Eso hará que 2026 sea una prueba interesante. Horner explicó varias veces que el túnel se vuelve más limitante con reglamentos estables, donde los márgenes son más pequeños. Con un nuevo reglamento, cree que la desventaja será menor. Si Red Bull sigue rindiendo por debajo, podría ser una señal clara. Un nuevo túnel de viento estará listo en 2026, pero influirá más en el coche de 2027. Llegará demasiado tarde para el cambio reglamentario inmediato.
¿Puede Red Bull seguir el ejemplo de McLaren?

Oscar Piastri, McLaren, Max Verstappen, Red Bull Racing
Photo by: Sam Bagnall / Sutton Images via Getty Images
Todo esto sitúa a Red Bull en una fase de transición. El éxito en 2025 está descartado —salvo alguna victoria casual— y 2026 dependerá sobre todo del proyecto de motor. Mekies probablemente no impacte de inmediato en el rendimiento en pista, pero eso no significa que su nombramiento no tenga valor.
Esta fase es crucial, como lo fue para McLaren cuando comenzó su reconstrucción tras tocar fondo. Ahora es el momento de Red Bull para aprender y mirar hacia adelante. Deben analizar los problemas técnicos desde Miami, y más importante aún, sacar lecciones de ello.
La cultura del equipo también importa: las luchas internas de poder no han hecho ningún bien, y Red Bull necesita unidad y estabilidad. Esa será, probablemente, la tarea más importante de Mekies en los próximos meses: no lograr resultados inmediatos, sino calmar las aguas y sentar las bases para el éxito futuro.
Como dijo Horner, este es el momento de construir una posible tercera era ganadora para Red Bull. Eso debe ocurrir sin él y, lo más importante, todavía está por verse si Verstappen será parte de ese proceso de reconstrucción.
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