La lesión me ayudó a no caerme

Casi con total probabilidad, esta temporada llevará el nombre de Marc Márquez grabado a fuego. Y será con todo merecimiento si tenemos en cuenta los números que encadena el corredor de Cervera (Lleida) desde que se enfundó el mono del equipo oficial de Ducati. Sin embargo, esa sensación tiene algo de injusto para el menor de los Márquez, que está firmando un curso absolutamente sublime, y que en cada gran premio interpreta una versión mejorada de sí mismo. Si el #93 se paseó en Sachsenring, el verdadero puñetazo lo dio Alex Márquez, que el domingo cruzó la meta el segundo a pesar de la limitación que arrastra en la mano izquierda, operada del segundo metacarpiano hace exactamente dos semanas, tras una aparatosa caída en Assen.

La gestión del fin de semana que hizo el piloto de Gresini Racing le llevó a maximizar su rendimiento y sus esfuerzos. El sábado terminó el octavo la prueba corta, en una primera muestra de resiliencia. El domingo se posicionó bien y sacó tajada de las caídas que Fabio Di Giannantonio, primero; y Marco Bezzecchi, después le despejaron el camino para que pudiera cruzar la meta el segundo, por delante de Pecco Bagnaia, su rival directo en la lucha por el subcampeonato.

“Llegué aquí con la mentalidad de perder los menos puntos posibles con Pecco, y nos vamos con seis puntos más que él”, celebró Alex, que ha afrontado un periodo tan delicado como el vivido las dos últimas semanas, de modo magistral. Tanto en la preparación de la carrera durante los últimos días, como en ella misma.

“Seguramente la lesión me ayudó a no caerme. Vi caer delante a dos pilotos, y solo terminamos diez. Hace dos semanas estaba volando hacia a Madrid para operarme, de modo que estoy muy contento de poder estar aquí”, resumió el bicampeón del mundo de Moto3 (2014) y Moto2 (2019).

“A diez vueltas para el final, estaba muy agarrotado de la parte izquierda, porque iba demasiado rígido, y eso no ayudaba a la moto a girar. Espero que en Brno vaya un poco mejor”, desgranó el español, que este año ha dado un paso adelante tremendo, tanto en pilotaje como en el ámbito mental. Esto último queda claro después de que relatara las instrucciones que le dio a su escudería para preparar la cita en Alemania, con las evidentes limitaciones que iba a arrastrar.

“Hablé con mi equipo y les dije que hiciéramos como si no estuviera lesionado. Les pedí preparar la carrera técnicamente como si no tuviera ningún problema, porque así podía desconectar. Ya me encargué yo de tratar la mano, y de pasarme seis y siete horas diarias en máquinas, para recuperarme”, abundó Alex, que se plantará en Brno con 64 puntos de ventaja sobre Bagnaia, el tercero en la tabla. “Nosotros estamos haciendo muy bien nuestro trabajo, pero somos conscientes de que estamos en una situación que corresponde a los equipos de fábrica”, remachó el de Gresini.