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Una llamada por Zoom y una reunión en un hotel de Londres: así fue despedido Horner


No hubo comunicación, ni rumores firmes en el paddock. Tampoco una negociación abierta. Christian Horner, el jefe de equipo más longevo y exitoso de la Fórmula 1 moderna, fue despedido de Red Bull en absoluta reserva y sorpresa. La noticia le fue comunicada en persona, en una suite de lujo en Londres, luego de una reunión secreta con dos de los hombres más poderosos del grupo: Helmut Marko y Oliver Mintzlaff. Así lo reveló el diario alemán Bild, que reconstruyó con precisión los detalles de una de las decisiones más impactantes en los últimos tiempos dentro de la F1.

Horner, que llevaba dos décadas al mando de Red Bull Racing, fue citado el martes a un encuentro con Marko —asesor de deporte motor de Red Bull y figura clave en la interna— y Mintzlaff, responsable deportivo del holding Red Bull. Allí le comunicaron, sin rodeos, que había sido apartado de sus funciones. Según Bild, el británico quedó completamente sorprendido. No esperaba que su salida se concretara de esa forma. Y mucho menos en ese lugar.

Sin embargo, el plan llevaba semanas en marcha. La decisión fue impulsada por Mintzlaff y comenzó a gestarse a finales de junio, durante el Gran Premio de Austria, cuando este planteó ante los propietarios del consorcio, Chalerm Yoovidhya -habitual respaldo de Horner hasta aquí- y Mark Mateschitz, la necesidad de hacer cambios de fondo. Helmut Marko también participó de esa conversación.

Otros tiempos: Christien Horner sonríe durante un encuentro con Oliver Mintzlaff y Helmut Marko.

Otros tiempos: Christien Horner sonríe durante un encuentro con Oliver Mintzlaff y Helmut Marko.

Photo by: Red Bull Content Pool

El momento clave llegó el lunes previo al despido, cuando los cuatro protagonistas mantuvieron una videollamada por Zoom. En ella, Mintzlaff notificó su intención de cesar a Horner al día siguiente. Obtuvo luz verde. Con el respaldo formal de los dueños, viajó a Londres junto a Marko para ejecutar el golpe. La reunión en el hotel fue el paso final de una maniobra silenciosa, calculada, y sin marcha atrás.

Lo que siguió fue un terremoto interno. La figura que había sido sinónimo del éxito de Red Bull en la F1, que había gestionado los títulos de Sebastian Vettel y Max Verstappen, y que había consolidado una estructura temida en la Fórmula 1, quedaba fuera por decisión de la cúpula.

Horner no cayó por una sola razón, sino por una acumulación de tensiones: una interna con Marko, una investigación interna por conducta inapropiada (de la que fue absuelto, pero que afectó su imagen y la del equipo), una gestión de poder cada vez más ambiciosa —que lo había llevado a concentrar múltiples cargos estratégicos— y una relación personal deteriorada con los dueños.

Bild añade un detalle revelador: apenas días antes del despido, Horner organizó como cada año un exclusivo evento de tiro al plato en su finca cerca de Oxford. Entre los 40 invitados estaban Yoovidhya y Verstappen. Ninguno de los dos asistió. Una señal clara, aunque silenciosa, de que algo se había roto. Esa distancia emocional se tradujo, poco después, en una decisión ejecutiva.

El despido de Horner no solo marca el fin de una era. También confirma que, puertas adentro, Red Bull atraviesa una reconfiguración profunda, en la que incluso las figuras más icónicas pueden ser desplazadas sin contemplaciones. Y lo que ocurrió en aquella suite londinense es prueba de que, en el vértice de la F1, las decisiones más trascendentes pueden tomarse lejos del ruido del paddock, sin cámaras, sin filtraciones, y con precisión quirúrgica.

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Fuente: https://lat.motorsport.com/f1/news/christian-horner-despido-red-bull-f1-detalles/10742627/?utm_source=RSS&utm_medium=referral&utm_campaign=RSS-MONOPLAZA&utm_term=News&utm_content=lat

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