Jeffrey, que fue el spotter de Pato O’Ward en el Chevrolet nº 5 las dos últimas temporadas, falleció el jueves tras una batalla contra el cáncer. El mes pasado fue spotter en la carrera de la IndyCar en Laguna Seca, así como en el reciente test en Nashville Superspeedway.
Jeffrey, una de las personalidades más vibrantes del paddock, estaba considerado como uno de los mejores spotter del sector, con una trayectoria que se extendía a NASCAR y la IMSA, así como a la IndyCar. Durante su carrera, trabajó con pilotos de la talla de Dale Jarrett, Josef Newgarden y Tony Stewart.
Arrow McLaren está conmemorando a Jeffrey con calcomanías en sus tres coches, junto con el casco de O’Ward. También hay un plan para colocar sus auriculares en la barandilla del puesto de observación durante las sesiones.
“Corremos por Bob este fin de semana”, decía un comunicado de Arrow McLaren.
“Ayer perdimos a uno de los buenos. Bob Jeffrey, spotter de Pato O’Ward y de nuestro coche nº 5, falleció tras una batalla contra el cáncer. Bob era uno de los favoritos en el paddock con su risa contagiosa y su brillante personalidad. Tiene fama de ser uno de los mejores spotter del automovilismo, habiendo ganado campeonatos en IndyCar, NASCAR e IMSA como ‘ojo en el cielo’ para un gran número de pilotos de primera categoría, entre ellos Tony Stewart, Dale Jarrett y Josef Newgarden. Por encima de todo, Bob será recordado como un hombre de familia amante de la diversión que siempre saludaba a sus compañeros de equipo con una sonrisa.
“Te echamos de menos, Bob, siempre nuestro ojo en el cielo”.
Durante una comparecencia ante los medios de comunicación el viernes por la mañana, O’Ward compartió sus pensamientos sobre Jeffrey.
“No me lo puedo creer”, dijo O’Ward, de 25 años.
“Ha pasado tan rápido. Le vi hace tres semanas en Laguna y sí, sé que estaba padeciendo un par de cosas durante las 500 Millas (de Indianápolis), pero aún así me ayudó en la carrera. Creo que nos pilló a todos por sorpresa. Fue un declive muy, muy impactante el último día o dos, diría yo. Pero me sentí muy tranquilo al poder despedirme y poder hablar con él por teléfono ayer”.
O’Ward también proporcionó un recuerdo favorito que siempre llevará consigo.
“Oh, sí”, dijo O’Ward. “Sé que siempre le decía a Gavin: ‘Eh, jovencito’, y a mí, ‘Cariño’. Sí, también nunca olvidaré su acento, super, super fuerte”.