En la previa del pasado Gran Premio de Austria se confirmó que Ai Ogura debutará en MotoGP el curso que viene gracias a la apuesta que ha hecho por él Trackhouse, y en especial Brivio. Con la contratación del japonés, el italiano se mantiene fiel a esa filosofía que le hace un caso prácticamente único entre los responsables de las distintas escuderías del campeonato.

Cuando estaba al frente del proyecto de Suzuki en MotoGP optó por ‘fabricar’ a su pareja de pilotos, dos jóvenes como Alex Rins y Joan Mir, al considerarlo una inversión más segura que la de ir al mercado a buscar un corredor ya contrastado, el camino más fácil y caro, y que no siempre da el resultado esperado.

La jugada le salió redonda, dado que fruto de ello la marca de Hamamatsu ganó el título con el mallorquín en 2020, en la mejor fecha imaginable: Suzuki celebraba sus 60 años de historia en las carreras y se cumplían dos décadas exactas de su última corona, conseguida por Kenny Roberts Júnior, en 2000. Antes, en su etapa en Yamaha, su ojo fue clave para atar a Jorge Lorenzo antes incluso de que el #99, que entonces corría en ‘dos y medio’ con el dorsal #48, lograra su primer Mundial de la categoría de plata en 2006.

Todo lo anterior supone un archivo lo suficientemente remarcable como para pensar que cualquier decisión que toma el ex directivo de Alpine F1 es consecuencia de un análisis exhaustivo, hecho siempre a través de su tamiz particular. Por si esa lógica no terminara de convencer a alguien, el propio Brivio se encarga de argumentar la elección del joven del equipo MT Helmets por delante de otros que, como por ejemplo Joe Roberts, podía parecer que encajaban mejor encima de esa Aprilia satélite.

“Con Ai decidimos ir en una dirección distinta. Hicimos nuestros estudios en base al rendimiento que creímos que nos podían ofrecer las distintas alternativas que barajamos”, convenía Brivio, hace unos días, poco después de anunciarse la incorporación del muchacho de Tokio con vistas a 2025 y 2026.

“Apreciamos lo que está haciendo en Moto2, su resiliencia. Nunca se da por vencido. Tenemos confianza y creemos que es una buena elección”, añadió.

Preguntado inmediatamente por Roberts, y por las razones que impedirán que la única estructura norteamericana del campeonato disponga de una estrella de su país para promocionar, el directivo fue tan claro como elegante en su exposición. “Estaría bien tener a un piloto americano en un equipo americano. Joe estaba en nuestra lista, pero hicimos nuestros análisis más desde el punto de vista de rendimiento, y llegamos a la conclusión de que la vía que elegimos era más apropiada. Sabremos si acertamos o no en un par de años”, respondió Brivio.

Ai Ogura, MT Helmets MSI

Ai Ogura, MT Helmets MSI

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Con esta maniobra, el ejecutivo pone en relieve varios elementos que no deberían pasar por alto. En primer lugar, Brivio ha sido capaz de convencer a Justin Marks, el dueño de Trackhouse, de no precipitarse en el fichaje de un corredor, por el simple hecho de defender la misma bandera que lucen sus motos. Y segundo, no menos relevante, el ex de Suzuki se ha mantenido firme ante los poderes fácticos del certamen, a quienes el debut de Roberts en la categoría de las motos pesadas les parece interesar más que al propio Marks, por una cuestión eminentemente comercial. Y todo ello, Brivio lo ha hecho desde la diplomacia y sin alzar la voz que no tiene.

Sabemos que Dorna habría estado contenta si hubiéramos elegido a Joe. Pero la decisión era nuestra. De todas formas, yo creo que Dorna tiene motivos para estar contenta de que hayamos fichado a Ogura, porque así tendremos al primer representante de la Asia Talent Cup que habrá llegado a MotoGP”, esgrimía el lombardo, que el mes pasado cumplió 60 años y que ha firmado un contrato largo como brújula de Trackhouse, con la total anuencia de Aprilia.

Con la llegada de Ogura, la escudería de Carolina del Norte ha hecho toda una declaración de intenciones. Un manifiesto diametralmente opuesto al que está a punto de hacer Pramac, que en los próximos días debería anunciar a Miguel Oliveira y a Jack Miller como sus pilotos, en la aventura que comenzarán junto con Yamaha.

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Se da la circunstancia de que el australiano, el único representante de su país en el certamen, no estaba en la lista de candidatos a hacerse con una de las cuatro M1 que habrá en pista en 2025. Sin embargo, ni Pramac ni Yamaha parecen haber considerado oportuno dejar sin un hueco en la parrilla al #43.

Fabio Quartararo, la punta de lanza del fabricante de Iwata, siempre dejó clara su preferencia por un piloto joven, bien fuera Sergio García o Tony Arbolino, para ese puesto en la escudería de Paolo Campinoti. Consciente de hacia dónde iban las cosas, el Diablo parece haberse resignado a ello. “No tenemos tiempo, tenemos que mejorar lo antes posible, de modo que la experiencia siempre será bienvenida”, comentaba recientemente el de Niza, en una declaración que proyectaba un tono más de resignación, que de ilusión.

Davide Brivio, Massimo Rivola, CEO de Aprilia Racing

Davide Brivio, Massimo Rivola, CEO de Aprilia Racing

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

 



Fuente: https://lat.motorsport.com/motogp/news/por-que-trackhouse-merece-credito-apostar-ogura/10648147/?utm_source=RSS&utm_medium=referral&utm_campaign=RSS-MOTOS&utm_term=News&utm_content=lat