Hacía cuatro años que Max Verstappen y Red Bull no pasaban seis Grandes Premios sin al menos una victoria. Tras su éxito en el Circuit de Catalunya el 23 de junio, nadie podía imaginar que el líder del campeonat (ganador de siete de las diez primeras carreras de la temporada) se mantendría alejado del escalón más alto del podio en las seis siguientes citas.
Montreal, Silverstone, Hungaroring, Spa, Zandvoort y Monza vieron el regreso de Mercedes a lo más alto (tres victorias), la confirmación de McLaren con dos triunfos y el triunfo de Ferrari en Monza.
Lando Norris, McLaren F1 Team, Oscar Piastri, McLaren F1 Team, celebran con el equipo los podios en Monza.
Foto de: Sam Bagnall / Motorsport Images
Esta racha de resultados ha modificado radicalmente la clasificación de constructores. De los 93 puntos de ventaja que Red Bull tenía sobre McLaren tras el Gran Premio de España, quedan ocho, mientras que en la clasificación de pilotos la distancia entre Verstappen y Norris se ha reducido a 62 unidades.
Desde luego no nos enteramos hoy (y mucho menos Red Bull) de que McLaren ha cambiado el ritmo, eso es algo claro y firme desde hace tiempo. Pero dando por hecho que Verstappen y Red Bull tendrán que perseguir a los dos monoplazas ‘papaya’ hasta la bandera a cuadros en Yas Marina, el juego está en el alcance de las derrotas por carrera.
En lo que respecta al Mundial de Pilotos, el veredicto de Zandvoort (con Norris ganador y Verstappen segundo) no fue, todo sea dicho, una bandera roja para Max, pero otra cosa fue en Monza, donde Red Bull fue la cuarta fuerza. En la etapa italiana, pese a la cuestionable estrategia de McLaren que no permitió a Norris pasar de la tercera posición, Verstappen se dejó ocho puntos en el enfrentamiento con su adversario directo. Pudieron ser 18, y en Red Bull lo saben muy bien, hasta el punto de que en la reunión posterior a la carrera saltó la alarma.
Max Verstappen, Red Bull Racing RB20
Foto de: Simon Galloway / Motorsport Images
Habrá que esperar al fin de semana en Bakú para saber si la excepción (en sentido negativo) fue el fin de semana del Gran Premio de Italia, o si Red Bull debe prepararse para un final de temporada de sufrimiento. A día de hoy parece improbable que pueda frenar el paseo de McLaren en el campeonato de constructores, pero tras las actuaciones en Monza, han surgido temores sobre el cuarto campeonato del mundo de Verstappen, algo que hace unas semanas parecía seguro.
En la ola eufórica del fin de semana de Monza hay quien ha bautizado a Red Bull destinado a verse superado también por Ferrari en la clasificación de constructores, pero la situación de la Scuderia es muy similar, aunque en términos opuestos. En el caso de la ‘rossa’, Bakú tendrá que decir si la hazaña de Monza estuvo ligada a las características específicas de la pista o si el paso adelante se considerará permanente.
La Fórmula 1 va tan rápido que los escenarios han dado un vuelco. Ahora Red Bull parece un equipo que fue tomado desprevenido y sin un rumbo claro, un malestar que ha ido creciendo poco a poco a lo largo de un verano europeo en el que el único punto fijo ha sido Verstappen. Los nueve días que median entre el sábado en Bakú y el domingo por la noche en Singapur dirán mucho sobre la situación y sobre a qué puede aspirar Red Bull en las seis últimas carreras de la temporada.
Max Verstappen habla con Helmut Marko y Christian Horner: Red Bull no puede ganar más
Foto de: Erik Junius
Resulta increíble pensar que el objeto de estas valoraciones sea el equipo que marcó la primera parte del campeonato, pero la tendencia está a la vista, empezando por las palabras de Christian Horner y Helmut Marko. Fueron ellos quienes, tras el Gran Premio de Italia, hablaron de un “campeonato del mundo en peligro”. Nunca antes había ocurrido.
Son muy pocos los que creen en el título de constructores, incluso en Milton Keynes hay quien ha decidido no tener en cuenta la prima de fin de año (ligada al título de equipos), pero el mundial de Verstappen, que parecía ya sellado en la caja fuerte, sigue al alcance de la mano.
No es imprescindible recuperar la forma de principios de año, pero sí es crucial no repetir lo hecho en Monza, un fin de semana en el que Red Bull fue incapaz de seguir el ritmo de McLaren, Ferrari e incluso Mercedes. La respuesta, no definitiva pero potencialmente muy contundente, llegará en la gira asiática de las próximas dos semanas.