Casi dos horas después del inicio previsto del entrenamiento que debía servir a los pilotos como primera toma de contacto con el nuevo asfalto colocado en Phillip Island, un mensaje de Dirección de Carrera transmitido a los equipos de MotoGP a través de los responsables de la asociación que les representa (IRTA) les informó de la cancelación oficial de la sesión. Hasta ese momento, los pilotos y los miembros de las escuderías habían pasado el rato mirando al cielo, completamente gris, en según qué momentos tirando a negro, pero que no dejó de soltar agua intermitentemente desde la noche del jueves.
A pesar de que las prácticas de Moto3 y Moto2 sí pudieron celebrarse, aunque no sin múltiples caídas como consecuencia de las delicadas condiciones del asfalto, la lluvia incrementó su intensidad justo antes del inicio del ensayo de MotoGP, circunstancia que derivó en un primer aplazamiento. Las prórrogas fueron sucediéndose más o menos cada 15 minutos, mientras un coche, con Loris Capirossi, representante de los pilotos en Dirección de Carrera, y Tomé Alfonso, el responsable de seguridad, rodaban para chequear la situación.
Un amago de arranque antecedió a la cancelación definitiva, que los corredores y las escuderías aprovecharon para ir a comer, y preparar la única sesión que se llevará a cabo, a partir de las tres de la tarde (06:00h de la mañana en España). Será el entrenamiento oficial, más largo de lo habitual (80 minutos), y determinará el corte entre el grupo de pilotos que pasará directamente a la segunda criba de la cronometrada (Q2), y quienes deberán medirse en la previa (Q1). Un cambio de planes que, en definitiva, es una constante de esta cita del calendario.
El año pasado, sin ir más lejos, la carrera se adelantó al sábado por el temporal que vaticinaban las previsiones meteorológicas. En este caso, los radares proyectan que la lluvia aminorará a partir de las tres de la tarde de este viernes, que la jornada del sábado estará marcada por las fuertes rachas de viento. El domingo se prevé una jornada menos extrema climatológicamente hablando, pero más fría –con máximas que rondarán los 15ºC en el ambiente–.
El debate que vuelve a estar encima de la mesa es el de la idoneidad de organizar esta prueba en Phillip Island en una época del año en que las lluvias y el frío son una constante. El problema para trasladarla a la parte inicial del calendario es el mismo de siempre, que el promotor es el mismo que el del Gran Premio de Australia de Fórmula 1 –Australian Grand Prix Corporation–, que normalmente abre la agenda, en marzo. Por cuestiones lógicas, la compañía quiere espaciar al máximo ambos eventos.