Para ganar la carrera más dura del mundo se necesita algo más que simplemente ser alguien que va muy rápido, quizá ser granjero que vende manzanas y miel de su propia granja de Australia. Así es Daniel Sanders, alguien que nació en el este de Melbourne, en Three Bridges, el 30 de agosto de 1994 y que se convirtió en el piloto más rápido en una cita que le cambió la vida.
Desde que era un niño se apasionó por el motor, y con 13 años se interesó por las carreras de enduro y motocross, para pasar a competir en los campeonatos locales. Aunque era muy veloz, no despuntaba tanto como para poder acabar en lo más alto del podio, hasta que en 2014 se hizo con el título sub19 del país, además de ser sexto en esa misma campaña en la categoría de offroad.
Poco a poco fue ganando cada vez más, aunque en su salto al Rally Dakar se ganó la fama de ser un piloto con muy poca cabeza, alocado y que a pesar de conseguir buenos resultados en muchas de las especiales, nunca lo sentenció. Hasta que en 2025 cambió la mentalidad para ser alguien “más serio, el que va a dormir antes, el que no dice tonterías”, como llegó a explicar a los medios de comunicación, entre los que estaba Motorsport.com, el director de su conjunto, Jordi Villadoms.
“Nos pregunta todo como tiene que ser, es exigente. Ha hecho un cambio bestial, y se ha notado mucho, porque la gente seguramente que no lo conocía, diría, ‘bueno, este ahora va primero, pero seguro que va a hacer alguna cagada o la va a liar’, y no”, comentó.
Sin embargo, tuvo que pasar una década, porque fue en 2015 cuando KTM lo descubrió, dejando que se desfogara en otro tipo de categorías hasta que finalmente demostró que tenía la capacidad de ir muy rápido, con una moto mucho más grande y pesada que el resto en todas las carreras. Fue Pella René el que habló de ese talento australiano escondido cuando estaba en Husqvarna, y nadie sabía lo que hacer porque venía del enduro, con lo que empezaron a ver vídeos y le dieron algunas oportunidades hasta que en la época del COVID-19 llegó el momento decisivo.
Daniel Sanders vino directamente de Australia, listo para firmar, porque no tenían la oportunidad de hacer carreras debido a la distancia y las restricciones, y fue cuando en 2021 sorprendió con su primera gran actuación en la carrera más dura del mundo, porque terminó en la cuarta plaza como el mejor de los novatos. Un año más tarde, ganó dos de las seis etapas que disputó hasta que tuvo que abandonar por una caída en el enlace cuando lideraba la cita, a lo que se sumaría una más en 2023 para terminar en la séptima posición de la general, aunque sin ser consciente de lo que llegaría después.
En 2024 no hizo un resultado destacable, porque fue octavo: “La velocidad estaba allí, pero quizá le faltaba la madurez, esta de tener más control de la carrera. Le faltaba un poco la madurez esta de tener más control, que esto al final con la edad, me imagino, y la experiencia es cuando consigues poner todo junto. Porque era un poco más cabeza loca, muy agresivo, muy de ir muy rápido en moto, pero un poco loquito”.
No obstante, el año en el que decidió que su nombre pasaría a la historia, lo hizo dominando desde la primera de las jornadas, porque se hizo con la victoria en el Prólogo y desde ahí no soltaría el liderato hasta llegar a la línea de meta en el Empty Quarter, algo que no se repetía desde que Marc Coma lo hiciera en la primera edición que se disputó en Sudamérica, la de 2009.
Nadie la plantó cara a lo largo de las 12 especiales que compusieron la prueba en Arabia Saudí, aunque lo más curioso de Daniel Sanders es que, además de ser un piloto que consiguió ganar el Rally Dakar en su quinto intento, es todo un apasionado de la vida en la naturaleza, con una granja propia de su familia en la que los manzanos y las abejas campan a sus anchas.
Con el mote de ‘Chucky’, como referencia a la forma de beber de forma muy rápida en inglés, el australiano proviene de una familia de granjeros, en donde su padre le dice que “eso de las abejas es cosa tuya”, también produce sus propias botellas de miel con ese mismo nombre de la marca, algo que usa todo su equipo cuando compiten para endulzar los desayunos, ya sea en tostadas o en el café previo a salir a una etapa a las cinco de la mañana.
Algunos sí que usan esa miel para coger fuerzas, y otros no, pero lo que es seguro es que siempre hay uno de esos botes en el armario de KTM, después de que haya pasado por una “finca donde venden manzanas, tienen abejas y animales, ya que son de pueblo pueblo”. En ese lugar puede practicar con su moto, ya que se crea unas pistas de motocross y de enduro para seguir practicando y perfeccionando esa táctica que le llevó a vencer el Rally Dakar, a pesar de que para las dunas deba irse a 250 kilómetros en Australia, cosa que ya practica con KTM en las carreras y pruebas.
Su victoria podría hacer que se le compare con Kevin Benavides, Toby Price o Matthias Walkner, aunque en el equipo siempre se dieron cuenta de que era algo único y que hizo un cambio total de mentalidad para ser quien es hoy en día, un ganador de la prueba de motociclismo más dura de todo el planeta.
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