Tenía la misma estrategia que Zarco, pero cuando las cosas van mal…

“Ha sido un fin de semana para olvidar”. Esta frase de Pecco Bagnaia resume muy bien el periplo del piloto de Ducati en Le Mans, que se saldó con un doble cero que le hizo caer en picado a 51 puntos de su compañero de box Marc Márquez en la clasificación del campeonato y sin dar el más mínimo paso adelante en la búsqueda de feeling con el tren delantero de su Desmosedici GP, como él mismo explicó, masticando bastante amargura.

“Creo que es la primera vez que hago cero tanto el sábado como el domingo, así que no hemos podido traer nada a casa. Iba fuerte, pero sigo sin tener feeling delante y en mojado esa sensación es aún peor, porque necesitas que la moto te dé feedback y esta moto no me lo da”, añadió Pecco.

Y hoy también ha sido mala suerte, porque con la lluvia y las condiciones cambiantes había planteado la estrategia correcta, porque había salido con neumáticos de lluvia y pretendía mantenerlos, como hizo el ganador Johann Zarco, a diferencia de casi todos los demás que hicieron doble cambio de moto. En la salida, sin embargo, en la frenada de la curva 3, Enea Bastianini no tomó bien sus medidas al atacarle por el interior y le golpeó, provocando su caída (“Cuando tienes neumáticos diferentes, puede pasar”, minimizó Pecco) y aquí se esfumaron todas sus ambiciones estratégicas.

“Ha sido una pena, porque mi estrategia era perfecta, porque era la estrategia de Zarco. Desde una hora antes de la carrera hasta que estuve en la parrilla había estudiado la previsión, que decía que si empezaba a llover continuaría, así que estaba convencido de empezar con la lluvia y continuar con ella. A pesar de la caída, si no tenía que parar a cambiar de moto, había posibilidades de terminar la carrera entre los cinco primeros. Por desgracia, la palanca de cambios estaba semibloqueada, por lo que las marchas entraban y salían. Además, faltaban otras piezas, así que volví a subir y reemprendí la carrera con la otra moto”.

Francesco Bagnaia, Equipo Ducati

Fotografía de: Gold and Goose Photography / LAT Images / vía Getty Images

El balance, por tanto, sólo puede ser muy decepcionante. Pero es más en general el momento que está viviendo lo que no es fácil de aceptar: “Hoy no ha funcionado nada, pero cuando las cosas van mal es difícil que se corrijan. Es una situación que no es cómoda ni serena, pero también difícil de aceptar para mí. Estar acostumbrado a otra cosa, encontrarme en una situación en la que no hay feeling, a pesar de que la Ducati siempre ha sido una moto que ha dado mucho de sí, es la mayor limitación. Ya soy un pesado, pero si no siento nada, ni siquiera puedo resolver mis problemas, así que es bastante complicado”.

Sin embargo, el piloto piamontés aseguró que no le falla la motivación y tampoco la velocidad, sino que el problema es precisamente que no entiende la moto: “Corro y doy el 100% siempre, en todas las situaciones. El problema es que con esta moto puedo hacer la vuelta más rápida, o rodar cinco segundos más lento, pero siempre tengo la misma sensación. Es la primera vez que me pasa en mi carrera, pero es así desde principios de año. No siento el límite. Hasta el año pasado, cuando frenaba sentía el neumático y notaba el movimiento. Este año, en cambio, no siento nada hasta que se cierra la parte delantera y me caigo.

A la pregunta de cómo vive también el equipo esta situación, concluyó: “Todos estamos trabajando para encontrar una solución, aunque de momento no la encontramos, probablemente porque con esta moto es más difícil. Pero también es difícil para el equipo, porque todos estamos en el mismo barco en este momento.

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